Por: Pastor Rejón
El pueblo mexicano se ha caracterizado por su combatividad, su nacionalismo y la defensa de sus derechos. Independientemente de que entre los últimos gobiernos el período del PRI desvió las luchas y entró en un período de corrupción y negación de la tradición nacionalista mexicana, al entrar en procesos de acuerdos con el imperialismo y de entrega a los sectores pudientes mexicanos, así como en procesos de corrupción desde el gobierno.
Eso llevó al cambio de la óptica electoral, llevando al PAN al gobierno, lo cual resultó peor con el gobierno del perrito Vicente Fox, un peor agente imperialista que terminó de entregar la economía mexicana y hasta la política exterior—antaño ejemplar y altiva, ejemplo en el mundo--, al dominio yanqui, tanto que fue la mano derecha y el más encarnizado defensor de Bush y su política en Argentina, cuando Latinoamérica derrotó al ALCA.
Después se dedicó a ser un instrumento de los Estados Unidos para sus ataques contra Venezuela—se llegó hasta a una ruptura de relaciones—y a crear las bases para estabilizar la entrega del país a la alta oligarquía económica mexicana, muy ligados a todo lo que tiene que ver con el narcotráfico, y a garantizar el dominio de los sectores más reaccionarios de la política mexicana en el poder, lo cual hicieron con el fraude contra López Obrador, que le permitió montar en el poder a Fraudulento Calderón.
Este Presidente, que obtuvo el cargo por un fraude--el Fraudulento Calderón—se ha visto cercado por una vasta movilización popular en contra de su Proyecto de Ley para la privatización de Pemex, la empresa nacional que resultó de la nacionalización del Presidente Nacionalista Lázaro Cárdenas, del desmontaje de lo que resta de políticas reivindicativas logradas por el pueblo mexicano en sus duras luchas del Siglo Veinte, donde se recuerda la gran labor de Lombardo Toledano, para montar un conjunto de políticas neoliberales.
En esas condiciones el movimiento sindical profundiza sus luchas, avanzan las movilizaciones populares,y crece la opción progresista que va imponiendo retrocesos al gobierno derechista, y que abre cauce a una transformación definitiva de la orientación del poder, del cambio hacia la opción progresista que colocará a México nuevamente en sintonía con las políticas populares y de avanzada de la América Latina.
Fuente: Propuesta Popular Comunistas Los Salias
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