Por: Nicolás León
12/01/2.009
En el caso de Colombia, corrupto paramilitar Uribe, dentro de su desmedido afán de poder, para mantenerse como presidente con minúscula de esa Nación, se convirtió en la realidad en una especie de Presidente accidental, con su final como tal ya cantado desde casi el inicio de su última elección, lo que indicó que no podría remontar más allá de este como su último período.-En realidad en su caso no hay problema de creencia, sino de conocimiento, de saber: la sociedad colombiana no lo soporta más. Sabe la sociedad colombiana que no es mentira todo lo que se dice de sus trampas, el uso de las policías para persecusiones, sus empates con el narcotráfico y el paramilitarismo, su sociedad con los altos militares yanquis que se han convertido ahora en los grandes capos dominantes del mercado de la droga: cultivo, transformación, llevada a los EEUU y distribución allí.
Hasta sus allegados están contra él y lo han dejado solo en su proyecto de imponer mediante la compra de votos una Ley para reelegirse. Hay ya manifestaciones públicas, abiertas, contra Uribe y sus procedimientos, donde los mecanismos de atemorización no surten efecto y la sociedad colombiana le enfrenta.
Ahora el tema de la guerra comienza a dejar de ser tabú, y hay manifestaciones contínuas, planteamientos, de todos los sectores dignos de Colombia, quienes emplazan a las autoridades fraudulentas y al Gobierno en general, para que se tomen medidas para la resolución definitiva de la situación de guerra, mediante el claro reconocimiento de la necesidad del intercambio de prisioneros.
Hay más de cinco mil patriotas colombianos pudriéndose en las cárceles, en condiciones humillantes, una gran parte de ellos hechos presos porque sí, sin motivos, y que no han sido tomados en cuenta, cuando por su parte Las FARC si han liberado a prisioneros.
La situación de Colombia pasa por el reconocimiento de la situación de beligerancia y a partir de allí habrá condiciones para negociar y llegar a verdaderos acuerdos de Paz, que entre otras cosas coloque fuera del país a las tropas yanquis, y se persiga—lo hagan todos los colombianos—al narcotráfico, ahora principalmente de las tropas norteamericanas asentadas en ese País como capos.
Uribe, en fin de cuentas, tendrá que dar cuenta de sus tropelías, persecuciones, asesinatos, falsos positivos, de su complicidad con el paramilitarismo, y de todas cuantas acusaciones se le ham hecho, todas ellas con base y justificación.
Fuente: Envíos a nuestro Correo/Propuesta Popular Comunistas Los Salias
Correo: pcvsantoniosalias@gmail.com
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