martes, 20 de octubre de 2009

ELECCIONES URUGUAY..VOTA SÍ POR EL VOTO VÁLIDO DE LOS URUGUAYOS EN EL EXTERIOR

VOTA SI POR EL VOTO VALIDO DE LOS URUGUAYOS EN EL EXTERIOR

COMISIÓN NACIONAL POR EL VOTO DE LAS URUGUAYAS Y LOS URUGUAYOS Y URUGUAYAS EN EL EXTERIOR
CONVOCATORIA A LA CIUDADANÍA

Señoras y Señores,

Estimados Compatriotas,

Reunidos hoy aquí, en el Palacio Legislativo, ámbito natural de la expresión democrática de la soberanía de la nación, y en el marco de la celebración de un nuevo Aniversario de la Declaratoria de la Independencia Nacional, damos comienzo a la campaña nacional de cara al Plebiscito del próximo 25 de octubre de 2009, convocando a todas y todos los ciudadanos a respaldar votando SI, la reforma constitucional que garantiza el ejercicio del voto a las uruguayas y uruguayos en el exterior.

Esta iniciativa de reforma constitucional es la garantía necesaria para que todos los ciudadanos de la Republica puedan ejercer, sin importar en que parte del mundo se encuentren, un derecho fundamental en una democracia como es el la expresión de la voluntad mediante el libre ejercicio del voto.

Es fundamentalmente el reconocimiento de una realidad incontrastable: el cambio profundo que ha tenido nuestro país en los últimos 50 años, en los que se ha transformado en un país estructuralmente de emigrantes, y es también, una respuesta.

Es por esta fuerte emigración que ha sufrido el país en las últimos décadas, asumida en su verdadera dimensión como un fenómeno de toda la sociedad uruguaya, que manifestamos hoy aquí, una clara expresión de la voluntad popular de establecer vínculos sólidos y permanentes con quienes se han ido del país, reconociendo en ellos una parte importante de nuestra comunidad nacional.

Los trabajos y estudios demográficos, en especial los realizados por las demógrafas Wanda Cabella y Adela Pellegrino demuestran fehacientemente que existen cerca de 600.000 uruguayos viviendo en el exterior.

En un mundo donde viven 6.000 millones de seres humanos, y donde los uruguayos apenas somos 4 millones -con el 15 % de la población del país fuera de sus fronteras-, proteger a todos sus ciudadanos y garantizarles la igualdad en el acceso y ejercicio de sus derechos, no solo es un imperativo ético sino también un necesidad en términos de desarrollo para el Uruguay.

Sería un profundo error histórico, social y económico darle la espalda a la diáspora uruguaya y no integrarla definitivamente a la sociedad toda en plenitud de derechos.

Después de los fenómenos de exclusión asociado a la pobreza y la marginación, la emigración es en importancia, la segunda gran fractura que ha golpeado a la sociedad uruguaya, y debe ser asumida como prioridad en el desarrollo de políticas públicas en el marco de un proyecto nacional, que conjugue e integre el aporte de todas y todos los uruguayos en beneficio del país.

El ejercicio pleno de los derechos de la ciudadanía por todas y todos, que reconozca las diversas realidades de nuestra sociedad entre las cuales está la emigración, es una condición indispensable en la construcción de mejores condiciones de vida y de relacionamiento entre todos nosotros como comunidad y como nación con un proyecto de futuro.

No está hoy en discusión si los uruguayos que viven en el exterior tienen o no derecho al voto. No solamente porque la Constitución Nacional establece con claridad que “todo ciudadano es miembro de la soberanía de la Nación; como tal es elector y elegible (…)”, y más precisamente, en su artículo 80 donde están las causales de suspensión de la ciudadanía, nada se dice sobre que ella se suspenda por el hecho de no vivir en el país. No está en discusión, porque siempre en las elecciones nacionales, y últimamente en mayor medida, miles de ciudadanos que viven en el exterior arriban al país para ejercer su derecho, y lo hacen sin problemas ni restricciones de ninguna naturaleza.

Sin embargo, la enorme mayoría de los uruguayos que viven en el exterior, porque no tienen los medios o no les permite la situación en que se encuentran, no están en condiciones de viajar a nuestro país y en consecuencia no pueden ni tienen la oportunidad de manifestar su voluntad, como si los hacen quienes tuvieron los medios para trasladarse.

Esta es una profunda discriminación en uno de los derechos fundamentales en una democracia como es el voto, y el Estado Uruguayo no puede estar omiso ante esta flagrante violación de los derechos de estos ciudadanos. Otra cosa solo puede ser sostenida por quienes pretendan que votar sea tan solo un privilegio para algunos.

Más de setenta países en el mundo garantizan en la actualidad el voto a sus ciudadanos en el exterior y Uruguay no.

Nuestro país es uno de los pocos países del continente americano que no garantiza el ejercicio del derecho al voto de sus compatriotas en el exterior, a pesar del enorme porcentaje de su población que hoy se encuentra fuera de fronteras.

En particular, son precisamente los países marcados por fuertes fenómenos migratorios los que primero han establecido estos y otros mecanismos de vínculo con sus connacionales en el resto del mundo. España, Italia, Francia y el Estado de Israel son algunos ejemplos paradigmáticos de ello.

Uruguay tiene un rico historial en el campo de las reformas sociales y políticas. Nuestro Estado supo acompañar con ellas los cambios que fueron operándose en la sociedad. En nuestro mundo global, las grandes corrientes migratorias son un nuevo componente, cuyo peso adquiere una relevancia inusitada con el desarrollo de la tecnología de las comunicaciones.

Esta realidad reclama las reformas políticas capaces de adaptar la democracia y los instrumentos participativos, a las nuevas circunstancias históricas. No hacerlo empobrece las perspectivas y las capacidades de nuestro país.

Estos hermanos orientales mantienen todo tipo de vínculos con el País: económicos, culturales, sociales, profesionales y comerciales. Hacen que sus hijos nacidos en el exterior tengan nuestra ciudadanía y crezcan con nuestros valores nacionales, valores de los cuales estamos todos orgullosos.

Existe, desde el Uruguay del Exterior, una participación ciudadana de hecho, que no está hoy correspondida con la garantía del ejercicio del más elemental de los derechos cívicos: EL VOTO.

Aprobando la posibilidad de este Plebiscito, el Parlamento Nacional, ha dado una respuesta clara al reclamo comprometido y persistente de miles de compatriotas, que a lo largo y ancho del mundo exigen sus derechos y la existencia de mecanismos efectivos para ejercerlos.

La reforma constitucional propuesta se plasma en el siguiente texto:

“Agréguese al artículo 77 de la Constitución el siguiente numeral: 13º.- Los ciudadanos uruguayos habilitados para votar tienen derecho a ejercer el sufragio en elecciones, plebiscitos o referéndum, desde cualquier país donde residan o se encuentren, por vía epistolar. Además de esa vía, la Corte Electoral podrá instrumentar otros procedimientos siempre que asegure que el sufragio se ejerza con las mismas garantías que en el territorio nacional. La Cote Electoral, bajo su más seria responsabilidad, se abocará, a partir de agosto de 2010 a instrumentar todos los aspectos necesarios para el ejercicio de este derecho, garantizando el acceso a las hojas de votación”

El mismo es meridianamente claro. Aventa toda duda respecto de la necesidad de mantener todas las garantías del sufragio. Si decenas de países entre los que se encuentran muchas de las democracias más sólidas y desarrolladas utilizan el voto epistolar entre otros mecanismos para permitir el voto de sus diásporas, estamos seguros que el Uruguay estará a la altura del desafío planteado.

Se ha argumentado, de forma claramente equivocada en nuestra opinión, que quienes no residen en el país no perciben los beneficios ni sufren los eventuales perjuicios que depara la elección de los sucesivos gobiernos. Esto no es así. En materia de padecimientos, les han tocado en carne propia las consecuencias de las políticas que aparejaron las dificultades económicas por las que se tuvieron que ir, y las eventuales limitaciones o posibilidades para volver. Tal es el sentimiento de una gran cantidad de nuestros compatriotas, que dependiendo hoy de su capacidad económica pueden venir, votar y decidir o no.

Todas y todos los uruguayos, desde cualquier lugar donde nos encontremos, podemos seguir aportando a la construcción de nuestro país, tanto económica, social como culturalmente y debemos integrarnos para juntos construir y definir qué Uruguay queremos en el Siglo XXI.

El proyecto de reforma se sostiene en una concepción de ciudadanía amplia, de igualdad e integral; amplia porque busca integrar a todos los ciudadanos a la vida política de la nación como lo marca la constitución; de igualdad, porque quiere que a todos los ciudadanos incluidos los que viven en el exterior, se les garantice sus derechos; integral, porque busca poner a todos los ciudadanos en condiciones de aportar social, económica y políticamente al desarrollo de la nación.


Este Plebiscito hace una propuesta que profundiza el sistema democrático uruguayo, equiparándolo a la casi totalidad de los sistemas de los países latinoamericanos y europeos que cuentan con voto desde el exterior, y evidencia la proyección de una política de Estado.

Es por estos motivos entre otros que la Comisión nacional por el voto de las uruguayas y los uruguayos en el exterior considera que este tema debe situarse por encima de las banderías de los partidos políticas y ser considerado política de Estado, pues su objeto es el fortalecimiento de la calidad de nuestra democracia.

Esta iniciativa constituye una nueva oportunidad para unirnos a los uruguayos, y reencontrarnos con los que están más lejos pero siempre están con nosotros.

Convocamos a todos y a todas, independientemente de la opción partidaria de cada ciudadano, a votar la papeleta blanca por el SI el próximo 25 de Octubre para que el Uruguay comience a construir su futuro con los 4 millones, recordando lo que nos decía Eduardo Galeano hace unas semanas atrás:

“No hay que olvidar que también hay que votar contra la mutilación del Uruguay, porque los uruguayos no somos sólo los que vivimos aquí”.

Muchas gracias.

Publicado por Partido Comunista de Uruguay Litoral Norte

Fuente: Partido Comunista de Uruguay, Litoral Norte:/Edición de PrensaPopularSolidaria_ComunistasMiranda    http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/   Correo:    pcvmirandasrp@gmail.com

jueves, 1 de octubre de 2009

PENTAGONISMO, SUSTITUTO DEL IMPERIALISMO

Por Armando Hart Dávalos

Este libro, escrito a fines de la década del 60, es profético, asombra aún a los que tanto admiramos a Juan Bosh la lectura de lo que escribió hace casi cuarenta años el ilustre dominicano. No creo exagerar diciendo que es una pieza maestra de esas que hacen o deben hacer historia; su punto de referencia anterior está en el brillante ensayo de Lenin “El imperialismo fase superior del capitalismo”. Aquí Juan Bosh describe desde sus orígenes el proceso de decadencia del imperio que hoy todos apreciamos de una manera cada vez más evidente.

Recuérdese que el propio Lenin decía que la intromisión norteamericana en la guerra de Cuba era uno de los elementos esenciales del nacimiento del imperio. Pues bien, ha comenzado a morir por Cuba y América Latina.

El forjador de la Revolución de octubre hace su estudio tomando como base fundamental al imperialismo europeo, Juan Bosh lo realiza enfocando al norteamericano tras de que se impusiera como fuerza decisiva del capitalismo en el siglo XX y cuando iniciaba su proceso de decadencia. Fue realmente profético, porque hoy lo expresado por el ilustre dominicano se confirma con la descripción de la dramática realidad que vive el mundo en los inicios del siglo XXI. Si se quiere ampliar sobre el tema les recomiendo la lectura del texto “La otra historia de los Estados Unidos”, del norteamericano Howard Zinn.

Una tesis fundamental de este texto es que ya desde los años 50, tras la Segunda Guerra Mundial, el poder se distribuyó en Norteamérica de la siguiente forma: las decisiones fundamentales de política exterior y su confirmación pasaron al Pentágono, el gobierno o las administraciones civiles iban quedando para las tareas de orden interior. Habría que estudiar hasta dónde, a partir de la administración de Bush con sus antecedentes en Reagan y Bush padre, esta relación se trastocó, pues el gobierno y la administración civil parecen hoy estar en unas solas manos, y ellas se sustentan a partir del complejo militar industrial que ha sido y es el apoyo principal del pentagonismo.

Todos nosotros sabemos que las fuerzas armadas suelen emplearse para ayudar protegiendo o extendiendo los sistemas socio-económicos que les sirven de fundamento, pero lo que no pueden hacer es crear por sí mismas un nuevo orden económico-social. Esto se aprecia hoy, en primer lugar, en Cuba, donde es ya imposible aplastar a la Revolución. Lo único teóricamente posible es que de intentarlo, dada la repercusión que Cuba tiene en el mundo y no solo en Norteamérica, se aplasten ellos mismos.

Un amigo me preguntó una vez fuera de Cuba cuáles eran las razones por las que Estados Unidos no había aplastado a la Revolución Cubana tras el derrumbe del campo socialista. Le contesté: Hay que preguntarles a ellos, y agregué: sencillamente no pueden hacerlo porque el problema acabaría revirtiéndose hacia su propio pueblo, no porque Cuba vaya a agredirlos o a lanzarse sobre el territorio estadounidense, sino porque en el propio seno de ese país no se podría resistir tamaño disparate. Por demás, a Cuba no se le puede vencer. Le dije: ¿Sabe usted lo que sería un Viet Nam en el Caribe? Deben estarles temiendo a esto.

Otros acontecimientos como los de Afganistán, Iraq, las amenazas a Irán, la política de lanzar agresiones armadas en “cualquier rincón del mundo”, cuando se sospecha que constituyen una amenaza el establishment, está más fuerte que nunca en el proceso de muerte del imperio. Al mismo sólo le queda retroceder y actuar con cordura o destruir a la humanidad, pero nunca obtendrá la victoria con que los cavernícolas del imperio sueñan. Alguien me dijo que no ocurrirá porque la humanidad no se suicida.

Hace más de un siglo Rosa Luxemburgo dijo “socialismo o barbarie”, hoy alguien escribió a propósito de la frase de la insigne alemana: “barbarie si tenemos suerte…”

Frente a esto ha surgido como respuesta revolucionaria el ascenso de los procesos progresistas revolucionarios en América Latina, cuyas más clara representación la tenemos en Venezuela, Bolivia y Cuba; pero, a su vez, se aprecia en la alianza estratégica que de los presidentes Lula, Kirchner, Evo Morales y Chávez. Y no sólo esto, sino que en la mayoría de los países de nuestra América se observa un creciente movimiento incipiente en algunos, más fuerte en otros, de rebeldía popular.

Por lo pronto en la mayoría de ellos, en casi todos, ha fracasado ya de manera escandalosa el famoso sistema pluripartidista. Por demás. Se observaba en los mismos Estados Unidos un amplísimo movimiento de emigrantes donde millones y millones de norteamericanos salieron a las calles y cerraron establecimientos el 1ro. de Mayo. Es interesante observar, además, las mayores conmemoraciones de esta fecha de los trabajadores en la historia de Estados Unidos han sido precisamente las de este año, y que fue justamente en Norteamérica donde se produjeron, a finales del XIX, los famosos acontecimientos de Chicago que dieron lugar a conmemorar la fecha como el Día de los Trabajadores.

El pentagonismo y su complejo militar industrial no pueden a estas alturas tener éxito porque estamos en presencia de un proceso económico-social de gran envergadura que solo es posible asumir con medidas radicales de este carácter.

En fin, el sistema norteamericano ha perdido fuerza económica para dominarlos o encauzarlos, en todo caso no le queda otra alternativa que ajustar radicalmente su política en dirección totalmente diferente a la que representa el neofascismo. El libro “La otra historia de los Estados Unidos” nos ofrece antecedentes muy ilustrativos de las posibilidades de Norteamérica.

La “victoria” electoral aprista ha revelado cómo la derecha en Perú tuvo que apoyarse en quien representa una corriente de “izquierda”. Como se aprecia, la derecha tradicional peruana perdió toda posibilidad de presentarse con voz propia y tiene que hacerlo a través del APRA, a la que Julio Antonio Mella llamó asociación de revolucionarios arrepentidos.

Una vez pregunté a un especialista qué pensaban los burgueses inteligentes en Norteamérica –que los hay– sobre la estúpida política de Bush, porque me parecía que estaba perjudicando sus intereses. Me contestó: “Están invirtiendo en China…”; pensé: qué torpes, no saben cómo hacerlo en otras partes del mundo. Sin embargo hay personas, aunque sean burguesas y conservadoras, que son más inteligentes, ellas tendrán que apoyar cambios consecuentes si quieren salvar a su país de una hecatombe mundial.

Veamos junto al texto de Juan Bosch un discurso del senador norteamericano J. W. Fullbright, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, pronunciado el 13 de diciembre de 1967. Resulta significativo que este representante de los intereses reaccionarios en la política de ese país asumiera estas posiciones. Por estas razones nunca ha estado más vigente este párrafo de José Martí cuando afirmó:

En el fiel de América están las Antillas, que serian, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el poder,-mero fortín de la Roma americana;-y si libres-y dignas de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora--serían en el continente la garantía del equilibrio, la de la independencia para la América española aún amenazada y la del honor para la gran república del Norte, que en el desarrollo de su territorio-por desdicha, feudal ya, y repartido en secciones hostiles-hallará más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predominio del mundo.-1

Estos análisis del Apóstol vienen a servir de fundamento al ALMA, es decir, Alternativa Martiana para las Américas, de las cuales habló el Presidente Chávez en la Plaza de la Revolución cuando se le entregó, hace meses, el Premio José Martí de la UNESCO. El ALMA, el ALBA, Cuba, Bolivia y Venezuela constituyen la única respuesta válida y posible al proceso de decadencia del imperio.

Edición de: Propuesta Popular Comunistas Los Salias       http://pcvsalias-propuestapopular.blogspot.com/          Correo:   pcvsantoniosalias@gmail.com