Viernes 30 de Abril de 2010 15:00
EDITORIAL Tribuna Popular Nº 176 30 abril, 2010.-
Quizá pueda sonar a lugar común el repetir que estamos en momentos definitorios para la patria. Pero, porque hoy también sea verdad, no quiere decir que las anteriores no lo hayan sido. Claro, siempre tenemos que tener el cuidado suficiente de no banalizar frases, conceptos y consignas. Cada expresión que emitamos debe tener un profundo contenido ideológico. Debe ser reflejo del momento y los objetivos de lucha.
La más que bicentenaria historia de combate del pueblo venezolano, está plagada de situaciones y escenarios en los que hemos perdido la oportunidad de producir verdaderos y profundos cambios revolucionarios.
En distintas ocasiones, a pesar de estar creadas varias de las condiciones necesarias para el cambio –en esos momentos definitorios–, bien sea por errores propios o aciertos del enemigo, los hemos perdido.
Pero, como la historia de las sociedades es un proceso dialéctico, en el que –nos guste o no, para bien o para mal–, no hay caminos irreversibles, ni sentencias históricas absolutas, ni pecados originales con los que “tienen” que cargar los pueblos.
Sin embargo, la etapa del proceso que el pueblo venezolano inició en 1998, ha abierto de par en par las puertas de la posibilidad real de sentar las bases para esa tan anhelada transformación revolucionaria de la sociedad, que por fin consagre la integral liberación de las y los explotados de siempre.
Prácticamente desde el inicio, el imperialismo norteamericano combatió de distintas maneras “el proceso” incipiente. Y durante estos once años esa acción imperialista contra "elproceso" aún incipiente se ha agudizado e incrementado.
Pero, ni al inicio, ni durante estos once años, ni ahora, ni en adelante, lo ha hecho ni lo hará, por las políticas sociales del gobierno.
El imperialismo norteamericano combatió y combate la “Revolución bolivariana” por lo que representa, por lo que ha reanimado, por la perspectiva que abre para nuestro entorno geopolítico y por lo que energéticamente importe nuestro país y a la vez para la región de América Latina y el Caribe.
Y –mientras exista el imperialismo- seguirá combatiendo contra nuestro proceso, mientras represente una amenaza para sus intereses.
Por eso, porque en Venezuela están hoy sembradas profundas esperanzas de las fuerzas mundiales del progreso; porque en este “proceso” ha depositado su confianza el sufrido pueblo venezolano; es por lo que el imperialismo y sus agentes nacionales no cejan en el desarrollo simultáneo de distintas tácticas para una misma estrategia: derrotar el aún embrionario proceso revolucionario venezolano.
Por eso, a pesar de impulsar publicitariamente una línea electoral y de participación “democrática” –que no debe descuidarse, porque nuestra debilidad es tal que “democráticamente” por vía electoral todavía se puede perder esta experiencia–, no abandonan sus planes golpistas, utilizando a algunos viejos “tomadores del cielo por asalto”.
Por eso, en este 1º de Mayo, como durante el combate ideológico, político y de masas que significan las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, y más allá, el Partido Comunista y las consecuentes fuerzas revolucionarias levantaremos las banderas que significan defensa y profundización de la Revolución.
Por eso, seguiremos luchando por una revolucionaria Ley Orgánica del Trabajo (LOT), seguiremos dando la batalla por la movilización consciente y organizada de la clase obrera y de las masas trabajadoras, seguiremos librando los combates necesarios para conquistar el Poder y avanzar resueltamente al Socialismo.
Fuente: Tribuna Popular/PrensaPopularSolidaria
http://prensapopular-comunistasmiranda.blogspot.com/
Correo: pcvmirandasrp@gmail.com
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