Nuestro pueblo ha sido maniatado, esquilmado y obligado a asumir cambios para acomodar nuestra vida a las necesidades de una metrópolis que no puede destetarse de su colonia. Somos para esa metrópolis una colonia imprescindible. Le producimos billones anualmente a su fracasada economía.El mundo se encuentra en estado de ebullición en contra del estado capitalista, neoliberal y explotador. El proceso es irreversible. El futuro será de quien lo cree. Es hora de creer en nosotros, y de crear, mientras mantenemos el respeto, el amor y la dedicación que merecen los que han caído por nosotros, como Hipólito Miranda Díaz. Independicemos a Puerto Rico!! Por: Lcda. Aleida Centeno Rodríguez |
Hoy 26 de octubre de 2008, nos reunimos en este santo lugar en el que se ha vertido la sangre de nuestros semejantes para conmemorar y rendir homenaje a Don Hipólito Miranda Díaz, héroe nacional, caído durante la Revuelta del 30 de octubre de 1950 en contra de los Estados Unidos de América. Falleció en la primicia de su vida, persiguiendo un sueño de libertad. Sueño, que hoy día algunos de nuestros compatriotas nos miran conmemorar como quien alude a un hecho del pasado, vacío y sin significado. Sin embargo, aquí no estamos para mirar hacia el pasado, sino, para proyectarnos hacia el futuro.
¿A cuál futuro se refería don Hipólito? A un futuro en el que se atiendan las particulares realidades de una nación que se llama a sí misma libre y soberana. Y este empeño, a algunos les parece algo intangible, inalcanzable. ¿Qué cosa opera para mantenernos en esta distancia entre el ideal hasta la práctica? ¿Qué definiciones son necesarias para cambiar el enfoque? Me permito sugerir una: Definir la línea entre lo que es colonialismo y neoliberalismo.
Nuestra lucha, en la etapa de independizar a la patria del colonialismo clásico; sin aún concretizarse, evolucionó para enfrentar un neocolonialismo neoliberal. ¿La diferencia? Mientras el colonialismo clásico atiende a la explotación directa de la tierra, los recursos naturales como los minerales, la explotación del factor humano, la imposición de medidas que impiden el desarrollo de un estado con capacidad de regateo frente al concierto de naciones, el neoliberalismo ataca directamente al estado, sin importar el nivel de desarrollo que tenga. Puede sucederle a una nación considerada soberana, como ha ocurrido en Argentina, Chile, Rusia, Polonia, y ocurre hoy mientras hablamos al pueblo de los Estados Unidos de América mediante la caída de su burbuja inflacionaria.
El neocolonialismo utiliza todo tipo de subterfugio. Con engaños presenta una situación fiscal de desespero, como ocurrió a los 7 tigres de Asia durante la década de los 90, fecha en que se fingió una bancarrota para destruir las protecciones que países como Tailandia, Korea del Sur, Malasia, le daban a su economía y las hacía prósperas. En Asia el FMI exigió de Tailandia que extranjeros fueran dueños de sus bancos, de Indonesia que dejara de subsidiar sus alimentos, de Sur Korea que retirase la protección a su fuerza laboral hasta en un 50%. Luego redujo la exigencia al 30%. En Sur Korea el FMI exigió que los candidatos a presidente tenían que anunciar su adherencia a las políticas del FMI previo a poder competir en la carrera eleccionaria.
El neocolonialismo presenta estadísticas falsas de fracaso en los negocios como ocurrió con Trinidad y Tobago para obligarla a permitir la penetración de capital extranjero en sus mercados del gas y del petróleo a inicios de los 90. Utiliza a gentuza dispuesta a entregar los recursos de sus naciones como lo hizo Pinochet en Chile, Sánchez de Lozada en Bolivia y hasta Walesa en Polonia y Yeltzin en Rusia, quien terminó como uno de los millonarios de ese magnifico pueblo. El neocolonialismo no asume responsabilidad por el hambre y la muerte que ocasiona, culpa a la corrupción.
Como si la corrupción no fuera el resultado lógico de la ideología capitalista basada en el afán de lucro personal. Tampoco asume la responsabilidad por la cantidad de muerte que ocasiona producto de las drogas, los trasiegos de explotación humana, la prostitución, la explotación infantil, etc,. Todo producto del ataque sistemático a los medios de control social que promueve para entronizarse exitosamente en cada lugar que ataca. Ejemplo de esto son hoy los bravos pueblos de Afganistán e Irak, pueblos que resisten un cambio fundamental en sus sociedades y a las cuales se les somete a vejaciones tales como la prostitución rampante y el genocidio.
El neocolonialismo nos ha atacado salvajemente durante esta década. Nuestros politiqueros viven festinadamente dentro de ese proceso de corrupción que entronizan y nos consuelan en sus campañas con la promesa de “yo no voy a ser persona corrupta”, mientras ya organizan el próximo ataque que van a permitir, ya sea mediante la entrega de las autopistas, de los servicios de agua, de la desaparición total de nuestra banca, de la explotación de recursos minerales identificados y de la entrega de nuestra fuerza laboral con protecciones reducidas en el área de empleo, seguridad social y retiro.
Nuestros jóvenes viven el desamparo de una economía servil a intereses ausentes que no permiten desarrollo. Nuestros ancianos viven el desamparo de los costos que crean las leyes de protección a la propiedad intelectual y que les permite a un puñado privilegiado valorar el fruto de nuestro trabajo en la industria farmacéutica de forma tal que sus precios son prohibitivos para los padres y madres de quienes producen los productos de farmacia.
Aquí estamos. A escasos días de las elecciones donde se rifa los turnos de corrupción para los próximos 4 años, en un homenaje a un ser que participó de un esfuerzo colectivo por darnos un futuro diferente. Durante los pasados años hemos sido testigos de la venta de instituciones que nos tomaron años de esfuerzo levantar como la compañía de teléfonos, los hospitales, infraestructura básica. Hemos visto privatizados grandes sectores de servicios haciendo desaparecer riqueza para entregarla a manos de unos cuantos especuladores.
Vimos al gobierno dejar a nuestros niños sin escuela durante todo un mes para obligarnos a aceptar la dudosa calificación de “bono chatarra” que una gente ubicada en el extranjero dice que es el valor del trabajo que realizamos todos los días. Durante los pasados años hemos visto cómo degradan el valor de las instituciones creadas como parte de nuestro trabajo para entregarlas festivamente a los bonistas cuya nueva frontera de coloniaje es desmantelar al estado de protección social, crear desempleo, dependencia e incapacidad para manejar nuestros asuntos, sin importar a cuál partido pertenecen los forjadores de esa riqueza.
Nunca antes de este día ha sido más urgente este acto. Su urgencia apunta a la necesidad imperiosa de mantener el estudio, la denuncia y la lucha en contra de toda forma colonial. Nuestro pueblo ha sido maniatado, esquilmado y obligado a asumir cambios para acomodar nuestra vida a las necesidades de una metrópolis que no puede destetarse de su colonia. Somos para esa metrópolis una colonia imprescindible. Le producimos billones anualmente a su fracasada economía. Aquí mantienen gran parte de sus negocios importantes. S
omos su bastión militar. Planifican desde nuestro territorio nacional sus armas de alta tecnología, armas electromagnéticas como el Energy Aerodinamic Global Laser Engagement, EAGLE de Lajas y el National Atmospheric and Ionosphere Center, NAIC de Arecibo, con potencia igualable a la de un arma nuclear, así como otras armas modernas futuras de intervención. Voluntariamente, no nos proporcionarán jamás una vida digna. Somos nosotros quienes tenemos que afirmar esa dignidad, así como la responsabilidad histórica de trabajarla, de forjarla, de inventarla, de idearla. En ese empeño repito con Don Eugenio María de Hostos:
“Y la idealidad es tan tenaz que me abandona,
me eleva y me engolfa en el mar de sueños de lo imposible”.
Y en este homenaje, me atrevo a contradecir al Maestro de América. Nunca fue un imposible. Ni siquiera lo es hoy. Miremos a los gloriosos pueblos de Venezuela, de Bolivia, de Ecuador, de Cuba y otras naciones que luchan y se mantienen. El mundo se encuentra en estado de ebullición en contra del estado capitalista, neoliberal y explotador. El proceso es irreversible. El futuro será de quien lo cree. Es hora de creer en nosotros, y de crear, mientras mantenemos el respeto, el amor y la dedicación que merecen los que han caído por nosotros, como Hipólito Miranda Díaz. Independicemos a Puerto Rico!!
Fuente: COLAPRI/Prensa Popular Comunistas Miranda
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